Las caídas en los adultos mayores son relativamente frecuentes y generan un daño adicional para la persona, pudiendo ocasionar lesiones serias, incapacidad y en algunos casos la muerte.
Las caídas tienen diferentes repercusiones en tres diferentes aspectos: en su estado físico, psicológico y social. En el aspecto físico, tendrán complicaciones en su estado de salud, fracturas, daño en tejidos blandos, secuelas permanentes debido a la lesión presentada, entre otras. A nivel psicológico pueden llegar a sentir temor y ansiedad ante las caídas. Finalmente existirá una repercusión en su entorno familiar, ya que sus integrantes se volverán excesivamente protectores con la persona.
¿Cómo prevenir una caída?
Hay que tener en cuenta que el riesgo de caída se incrementa en pacientes con osteoporosis o demencia, así como resultado de la múltiple prescripción de medicamentos que afectan el balance o la fortaleza de los huesos.
Para tratar de prevenirlas es importante generar un entorno seguro para él. Se recomienda que los pisos no sean resbalosos, instalar barras de sujeción en baños y pasillos, evitar muebles o elementos que dificulten la movilidad de la persona, tener una excelente iluminación de ambiente, usar dispositivos para la movilización, contar con personal de apoyo y asegurarse que el calzado siempre sea firme y cómodo.
¿Qué hacer si ocurre una caída?
Lo más importante en estos momentos es conservar la calma, llamar a la persona por su nombre, presentarte por tu nombre y decirle qué procedimiento vas a realizar. Luego, debes prestar los primeros auxilios y ubicar a la persona en posición fetal para evitar complicaciones.
Recuerda que es vital que recibas el entrenamiento indicado para enfrentar esta eventualidad, de no ser así debes llamar a tu EPS.
